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Gary Almy, M.D.
La iglesia parece estar enamorada de los doctores de psicología y psiquiatría, quienes toman cada vez más el lugar de liderazgo en medio de ella. Ya no es un grado teológico que permite a uno ejercer responsabilidad en la iglesia, escuela o instituto bíblico, sino más bien un grado en psicología. Puesto que la base doctrinal de psicología está en oposición directa con la base doctrinal del cristianismo histórico y ortodoxo, este asunto no es de poca importancia, ni es una cuestión de pormenores. Podríamos esperar ver un movimiento de la psicología a Cristo en aquellas instituciones que profesan basarse sobre "De" y "a" representan una directiva principal de la Escritura. Dios nos llama a volvernos de las tinieblas a la luz, del mundo a la voluntad de Dios, de la mentira a la verdad,de un corazón de piedra a un corazón de carne, de la esclavitud al pecado a ser siervos de la justicia, de la falsa doctrina a la sana doctrina, de los espíritus engañadores y doctrinas de demonios a la fe.
La historia del pueblo de Dios revela que la integración de doctrinas paganas con la Palabra de Dios no es nada nuevo. Hubo con regularidad intentos a integrar la Ley de Moisés con los ritos de Baal, con danzas alrededor de palos de Asera, y con cualquier sistema de creencias que pasara por Canaan o Babilonia en aquel momento. Pero la Palabra de Dios no nos deja con incertidumbre con respeto a cómo Dios ve la "integración". Éxodo 20:5 es solamente uno de muchos pasajes en la Escritura que revelan que nuestro Creador-Redentor es un Dios celoso que no comparte Su gloria con nadie.
La doctrina psicoterapeuta está en oposición a la doctrina de la Escritura. Por lo tanto, cuando uno se vuelve de las tinieblas a la luz, esta vuelta incluirá un movimiento de la psicología de aconsejar a la Palabra de Dios. Esto será verdad tanto para los que han sido consejeros como para los que han sido clientes/aconsejados.
La enseñanza bíblica de que todos hemos sido engendrados en las tinieblas del pecado, es algo que se ha perdido en gran manera en América hoy en día, y también en la mayoría de las llamadas "iglesias evangélicas". Los pastores y los miembros de la congregación pueden firmar lo que representa una declaración o afirmación de fe, que frecuentemente elucida las doctrinas bíblicas de la caída, pero sus enseñanzas y hechos a menudo revelan que esas doctrinas para ellos no tienen importancia. Al contrario, parecen creer que la humanidad ha nacido con una luz divina dentro de cada individuo, que solamente necesita ser soplada por el ambiente correcto, la educación correcta, la medida correcta de afecto humano, esfuerzo, persistencia, etc., para que brote una llama de fuego.
El hombre siempre tiende hacia este gnosticismo. Satanás ofrece una sabiduría de élites que profesa capacitarnos para controlar las cosas, y nosotros rápidamente nos mostramos hijos de Adán y Eva. El conocimiento secreto que está al alcance solamente de los que ascienden en "sabiduría", es la mentira de Satanás, aun cuando los términos empleados son bíblicos. La Escritura nos llama a andar por fe, no por vista; así que hay ciertos conocimientos que nuestro Creador nos prohíbe. No hay en nosotros una luz divina para ser cambiada en llama. Fuimos creados en imagen de Dios, pero hemos llegado a ser inútiles (Ro. 3:12).
He observado que los "psicólogos cristianos" típicos se han criado en familias cristianas. Quizás haya excepciones a esto, pero no las he visto. También, éstos típicamente tienen un testimonio de haber "recibido a Jesús en mi corazón" con niño joven. La mayoría dice que ha estudiado la psicología porque quiere ayudar a la gente, y que su educación cristiana les ha capacitado para filtrar los errores de la verdad en su camino al doctorado en psicología. Cuando pregunto a esos psicólogos qué verdad "nueva" han aprendido en sus estudios, que no fuese una verdad vieja ya presente en la Escritura , ponen una expresión de perplejos y no tienen respuesta.
Es imposible continuar como psicólogo consejero si verdaderamente has vuelto de las tinieblas a la luz. Los psicólogos cristianos parecen creen que han ido de la luz del hogar cristiano a todavía más luz en sus estudios psicológicos. Pero ir de luz a mayor luz no es la enseñanza de la Escritura. Es definitivamente la enseñanza de la Nueva Era , del gnosticismo; es la vieja decepción de Satanás. La iglesia cada vez más está mirando al liderazgo de los terapeutas que parecen ignorar que han nacido en las tinieblas del pecado. Estos líderes no dan evidencia de haber reconocido que las enseñanzas de la psicología realmente han servido sólo para atarles todavía más a esas tinieblas.
Hace 25 años que Francis Shaeffer dijo que la iglesia en América existe en un ambiente "pos cristiano"[Nota del traductor: y hace tiempo que los mismo se ha dicho acerca de Europa, que el Señor ha quitado el candelero de muchas iglesias allí]. No obstante, todavía ha lugares en el país donde si uno se llama cristiano puede obtener mejor empleo. Un número significativo de negocios todavía emplean la palabra "cristiano" para atraer a clientes. El "cristianismo" tiene sus propias páginas amarillas (como la guía telefónica), donde las empresas "cristianas" se anuncian. Esto no sucedería en China ni en Irán. Pero en América hay paganos que se les añora una "cultura cristiana" porque la ven como algo que produce un ambiente más cómodo para ellos. Muchos parecen pensar que cuanto más "genérico" hacemos nuestro cristianismo, más podremos ganar económicamente y mejor será la comodidad para todos.
Sin embargo, la Escritura nombra a la iglesia como columna y baluarte de la Verdad Divina , y describe a nuestro Salvador como piedra de tropiezo y ofensa. La Biblia no presenta a Cristo como el fundador de un movimiento cultural ni étnico. El hecho de que el ser humano necesita a un Redentor a través de la cruz es tan ofensivo al mundo, que somos advertidos a esperar padecimiento y aun muerte al contender por esta verdad acerca del hombre. Los creyentes somos llamados a recordarnos una y otra vez qué es y en qué consiste esta fe para la cual debemos contender. Judas no es el único en la Escritura que advierte que ciertos hombres han entrado encubiertamente entre nosotros, que hablan cosas infladas y adulan a las personas para sacar provecho (Jud. 4, 16). Los cristianos somos llamados a evitar el estado dormido de poca percepción en asuntos doctrinales.
Debido a esto, debemos sospechar a cualquier líder cristiano que no parece reconocer que ha nacido en tinieblas. Escucha para ver si la persona parece entender la "de" y"a" de la Escritura. Ciertamente muchos de los predicadores y maestros más fieles nacieron en hogares cristianos. E igualmente de cierto, Dios ha bendecido grandemente a la iglesia por medio de padres que fielmente han enseñando la Palabra a sus hijos. Pero la iglesia necesita urgentemente considerar que la Escritura no enfatiza tanto al hogar ni al enfoque familiar como lo hace la iglesia moderna.
Pedro escribió: "Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, somo oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 P. 1:17-19).
¿A quién escribía Pedro cuando llamó a los "valores familiares" vanos, huecos e incapaces de salvar? Seguramente muchos de los destinatarios de la epístola eran creyentes judíos que habían huido de Jerusalén durante la persecución. Pedro trabajaba mucho con la iglesia de Jerusalén, y Jerusalén era una ciudad judía. Los judíos de allí no habían sido afectados tanto por la cultura griega como los de otras regiones. Hay razones para creer que la mayoría de los que recibieron la epístola habían sido educados con la Escritura y con oración.
Podemos decir al menos esto acerca de la instrucción de Pedro en esta porción: El temor de Dios es el principio de la sabiduría. No construyas una seguridad falsa alrededor tuyo, basándote en el hecho de que te has criado cantando coritos evangélicos como "Padre Celestial, te apreciamos". No descanses sobre tu "linaje" o tu educación cristiana. Nuestros antepasados comieron la fruta prohibida. Israel no guardó los diez mandamientos. La iglesia Católica persiguió a los Hugenotes hasta las montañas de Francia y los mató. Los reformadores ahogaron a los anabautistas. Los puritanos pensaron que América era la tierra prometida, la nación escogida de Dios. La iglesia de hoy en día piensa que todos tienen un corazón herido y que los terapeutas pueden sanarlo.
Pedro nos recuerda dónde está nuestra esperanza: solamente en la sangre preciosa de Cristo, un cordero sin mancha y sin contaminación. Un escritor de himnos lo expresó así: "Mi fe se basa en nada menos que la sangre de Jesús y la justicia Suya". Pedro sabía que él se había apoyado sobre la tradición y en la carne. Antes había declarado, en efecto: "Oh, Jesús, tú no morirás. Yo tengo mi espada, y ciertamente iré a la muerte para salvarte". Le costó tiempo, padecimiento y humillación hasta que llegara a poner mordaza a su jactancia y llorar con vergüenza y horror acerca de su propia traición del Mesías. El Pedro ruidoso y exagerado, al final no tuvo nada que decir excepto: "Señor, tú sabes que te amo" (Jn. 21:16-17).
Cuando yo escogí la psiquiatría como mi especialidad después de licenciarme como médico en 1968, podía decir que tenía una curiosidad intelectual, que admiraba a los psiquiatras que había conocido en la Universidad , y que pensaba que yo ayudaría a la gente con los conocimientos ganados en la carrera de psiquiatría. Pero, por la gracia de Dios, ahora puedo reconocer que cuando Gary Almy escogió la psiquiatría como carrera, él estaba perdido en sensualidad, en deseos egoístas de obtener conocimientos secretos, y en afán de poder y dinero fácil. Estaba en tinieblas y perdido en transgresiones y pecados. Sólo el Espíritu de Dios me abrió los ojos; sólo la Palabra de Dios me sacó de aquellas tinieblas; sólo el amor de Dios me hace temblar ahora por los que piensan que van de un nivel de luz a otro mediante los conocimientos místicos de Freud y Jung.
La iglesia en gran manera ha tragado la mentira, y el Señor Jesús todavía hace Su pregunta que nos prueba: "Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (Lc. 18:8).
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