Dale a me gusta
Pablo Caballero“No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento”. (Mateo 10:9-10)
Estas líneas no tienen el propósito de ofender, pero si una persona se siente ofendida, sólo porque se dice una verdad delante de la cual muchos prefieren hacerse ciegos, sólo le pido a Dios que le traiga a esa persona convicción en su corazón. Esta verdad tiene que decirse, ya no podemos seguir jugando este juego, y seguir ofendiendo a Dios como lo estamos haciendo. La palabra ministro quiere decir uno que sirve, nunca ha querido decir uno que es servido. La iglesia es una asamblea, una unión de miembros, el cuerpo de Cristo. La iglesia no es un centro de negocios, no es una discoteca, no es un lugar de entretenimiento, no es la plataforma de la fama. La iglesia es donde viene el que está golpeado, el herido en el camino, el despreciado y el rechazado.
Hoy día, los títulos son tan grandes que en lugar de ministros pareciéramos tener a jefes de estados. La retórica se vuelve que somos hijos de un rey, que somos embajadores del rey, que somos miembros del reino; pero el ejemplo del Rey de reyes fue el de nacer en un pesebre y el de limpiarle los pies a sus estudiantes. Hoy somos tan grandes, que se nos ha olvidado todo el concepto de la humildad, aquel que dice que nadie tenga mayor concepto de sí del que debe de tener. Hoy en lugar de servir, tenemos que andar rodeados de escuderos.
Las exigencias para ser contratados ya no son disimuladas como en otro tiempo. Ya dicen lo que cobran y lo que exigen. Los pastores los contratamos con la esperanza de que nos llenen las iglesias, que traigan un avivamiento, pero el problema es que el que viene en la carne sólo puede producir cosas de la carne. Al final decimos, fue tremendo, pero ¿dónde están los milagros, dónde están los corazones tocados y cambiados para toda una vida, dónde esta el avivamiento de esa conversión que lo entrega todo, que se rinde por completo al Dios de la Gloria? Me da vergüenza, cuando leo los requisitos de estos llamados salmistas.
Muchas emisoras cristianas de radio en Estados Unidos, hacen más comercio cobrándole al cantante cristiano por poner sus canciones que por vender anuncios de publicidad, algo que es totalmente ilegal en este país. Si un cantante cristiano es demasiado espiritual, no ponen su música, su música tiene que ser comercial, y así mismo se lo dicen al salmista o cantante. Las portadas de los discos cristianos parecen muchas veces ser sacadas de las mismas portadas mundanas.
Las iglesias se pasan todo el tiempo haciendo retiros, encuentros y conferencias, pero los precios de los mismos son exorbitantes. Ya no sólo se procura cubrir gastos, sino que tiene que dejar ganancias. Y decimos que es para Dios.
Volvamos al camino olvidado, volvamos al principio, a aquella iglesia que confiaba y dependía del poder de Dios, no son las palabras bonitas, no son los ritmos de seducción, no son los eventos, es el poder de Dios, ¡Su Palabra Viva que llega a los corazones! Dios mío, yo no quiero una iglesia de artistas.
Yo no quiero ver a empresarios dirigiendo la obra tuya. Dios mío, no permitas que la farándula cristiana, los personajes de televisión, los empresarios astutos le roben Tu gloria a
Fuente:http://contralaapostasia.com
Tu Iglesia.! Compártelo en tu perfil con tus amigos de facebook dándole clic en Recomendar !
No hay comentarios:
Publicar un comentario