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Por Juan Carlos Jiménez
Además, durante su máxima Aproximación Elenin estará a más de 35 millones de km. de distancia, 92 veces la distancia que nos separa de
En un último intento por recuperar la cordura, la NASA colgó en Youtube un vídeo en el que David Morrison, otro de sus mejores investigadores, enviaba hace apenas un par de días un mensaje tranquilizador y explicaba, una vez más, que no existe razón para tanta alarma y que no hay forma alguna de que el Elenin tenga ni uno solo de esos efectos devastadores. En resumen, esto es lo que se sabe realmente del Elenin: Se trata de un cometa pequeño (mucho más pequeño que el famoso Halley, por ejemplo), y su núcleo tiene entre 3 y 4 km . de diámetro. Procede de la nube de Oort, una remota región en el extremo del Sistema Solar llena de resíduos de la época de su formación. Se trata de un cometa de periodo largo, es decir, con una órbita muy elíptica que le lleva a aproximarse al Sol una vez cada casi diez mil años. El cometa se acercará hasta 35 millones de km. de la Tierra el próximo día 16 de octubre y será visible en el cielo durante unos días antes de esa fecha, como un pequeño punto brillante. Después, el Elenin, o lo que quede de él tras su cita con el Sol, se alejará para siempre hacia la región que le vio nacer. Por supuesto, según explica Yeomans, “el cometa no encontrará cuerpos oscuros que podrían perturbar su órbita, ni nos va a influir de alguna manera aquí en la Tierra ”, y no existe forma alguna de que su paso pueda tener algún efecto medible en nuestro planeta.
(Elenin tendrá su máximo acercamiento a la Tierra el 16 de octubre 2011.)
En cuanto a las alineaciones con la Tierra y el Sol y su coincidencia con las fechas de los terremotos de Chile y Japón, tampoco son ciertas. Y es que los “científicos” que han estado jugando con el simulador de órbitas del JPL no han tenido en cuenta el hecho de que en la pantalla de sus ordenadores todas las órbitas se ven en un mismo plano, mientras que en la realidad el Sistema Solar es un espacio tridimensional. Es decir, que bastaría con mirar esas alineaciones desde un punto de vista lateral para darse cuenta de que nunca han existido.
Y aunque efectivamente se hubieran producido, ninguna de ellas habría tenido modo de provocar una catástrofe. Sería como decir que un grano de arena ejerce la fuerza gravitatoria suficiente para alterar la trayectoria de un balón de baloncesto en pleno vuelo y a varios km. de distancia. O de causarle, desde allí, cualquier clase de desperfecto.
Quantum opina:
Para el 26 y el 27 de este mes de septiembre algunos “científicos” (entre ellos un tal Mensur Omerbashib) pronosticaron una oleada de erupciones masivas, grandes terremotos, tsunamis, tormentas solares catastróficas, y hasta inversión magnética de los polos durante esos días, debido a que el cometa estará alineado con la Tierra y el Sol. Es decir, si trazamos una línea recta esta tocaría a la vez los tres cuerpos celestes. Algo que erróneamente han ligado a eventos como los terremotos de Chile (el 27 de febrero de 2010) y de Japón (el 11 de marzo de 2011). Durante la primera alineación (la del 27 de febrero de 2010) el cometa Elenin se encontraba a unos 630 millones de km. de la Tierra. Durante la segunda (el 11 de marzo de este año), había reducido esa distancia a la mitad (cerca de 300 millones de km), lo que explica (según ellos) porque el terremoto de Japón fue más destructivo que el de Chile. Nada creíble por cierto. Por el momento le recomendamos observar las fotos que colocamos en esta entrada para que puedan darse cuenta por si mismos que el cometa no es, ni será, una amenaza para la Tierra.
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